martes, 7 de octubre de 2014

Defensa inicia nuevos programas de armas sin fondos propios

Se acabó la recesión, aparentemente. Los responsables económicos de Defensa anuncian nuevas inversiones, pero financiadas por Industria y aplazadas en el tiempo

J.Vidal / C.Penedo. Artículo publicado originalmente en Estrella Digital.
Fragatas de nueva generación F-110 y un vehículo blindado 8x8. "Es el final, de alguna manera, de los recortes en Defensa", ha asegurado el secretario de Estado, Pedro Argüelles, que este lunes ha presentado en el Congreso las grades cifras del departamento que dirige Pedro Morenés.
Los números destacados del presupuesto del Ministerio de Defensa para 2015 son las siguientes: 5.767 millones de euros, un modesto incremento del 0,4% sobre el de este año, pero que acaba con seis ejercicios consecutivos de recortes. De ese montante, el 78% se destina a gastos de personal. Con todo, se inicia ahora un nuevo ciclo inversor, nuevos programas de armamento que cubrirán las necesidades de material más urgentes. "Cambio de tendencia e impulso para el crecimiento económico", han titulado el documento resumen en la Secretaría de Estado de Defensa.
Aún con este leve incremento, Defensa lo interpreta como el inicio del camino para que España cumpla con el compromiso reiterado en la reciente cumbre de la OTAN en Gales de que los Estados miembro destinen un 2% del PIB a defensa, hoy aquí aproximadamente en la mitad del objetivo.
El problema es que nada de lo anterior se corresponde con la realidad: ahí no están incluidos ni los organismos autónomos que dependen de Morenés (más de 1.000 millones de euros), el coste del despliegue exterior de las Fuerzas Armadas en operaciones de paz (en 2013 fueron 791 millones, que aporta Hacienda, su Fondo de Contingencia), el coste de los programas especiales de armamento ya suscritos y que ya están utilizando los ejércitos (a mitad de año se aprueba un crédito extraordinario, este mes de agosto por importe de 880 millones de euros); tampoco se incluyen los fondos del Ministerio de Industria, que son precisamente los llamados a sufragar el nuevo ciclo inversor.

Los proyectos de las F-110 y el 8x8

El secretario de Estado de Defensa, Pedro Argüelles, ha presentado este lunes en el Congreso y también ante la prensa las cuentas del departamento para 2015, y ha destacado sobre cualquier otro aspecto que acabaron los malos tiempos para la industria y el equipamiento de las Fuerzas Armadas.
Respondiendo a las principales demandas del Estado Mayor de la Defensa, Argüelles informa de que se han detectado cuatro prioridades: nuevos vehículos 8x8 para el Ejército de Tierra, la nueva fragata F110, aviones sin piloto -drones- y aparatos de reabastecimiento en vuelo.
Por su beneficio directo sobre el sector industrial español de tecnologías de la defensa y seguridad, el Ministerio apuesta por los dos primeros mencionados. En cuanto al 8x8, se destinan en 2015 un total de 41 millones de euros, que permite avanzar en la fase desarrollo tecnológico, diferenciando entre la plataforma del vehículo, que se sacará a concurso, y su equipamiento mecánico y de sistemas, donde se pretende beneficiar a la industria nacional. Se plantea como objetivo que en 2016 Defensa tenga decidido qué 8x8 quiere y se realizará un primer contrato para adquirir 350, que son las necesidades evaluadas por el Ejército de Tierra.
Al desarrollo de la nueva fragata F110 -la Armada cuenta actualmente con cinco F100- Defensa cuenta con 37 millones para 2015.
De izquierda a derecha, secretario de Estado de Defensa, presidente de la
Comisión, subsecretaria y JEMAD (Foto: Ministerio de Defensa).
El paraguas financiero para afrontar lo anterior recibe el nombre de I+D+i dedicada a la defensa, nada menos que 726 millones de euros para 2015 que sufre un crecimiento del 43% sobre este año. Y que procede en su mayor parte del Ministerio de Industria: de ahí se financian los dos programas mencionados y los dos nuevos buques de acción marítima -BAM- que el Gobierno aprobó esta primavera -333 millones de euros en seis anualidades-. A lo anterior habría que añadir 62 millones de euros para el helicópetro NH-90, entre otros programas.
La única buena noticia en programas de armamento es que Defensa cuenta este año con que las empresas abonen al Tesoro Público, que no a este Ministero, 117 millones de euros de inversiones adelantados por Industria a interés cero.
La mala noticia es que el sistema por el que Industria financia a Defensa, ideado por Pedro Morenés como secretario de Estado en la segunda mitad de los noventa, lastra los presupuestos de Defensa unos años más tarde, cuando las empresas entregan físicamente el material
En materia de programas de armamento figuran hoy dos grandes problemas. Uno de ellos es el avión de combate Eurofighter, al que se acaban de detectar serios defectos de fabricación que ha movido a Alemania ha dejarlos en tierra. El secretario de Estado no resta importancia al asunto, descarta que esté en riesgo la seguridad en vuelo de los aparatos, pero los fallos encontrados sí afectan al coste de mantenimiento y la vida útil de los aparatos, un incremento de su coste total que asegura no va a pagar el Estado, sino la empresa Airbus, donde los Estados son accionistas mayoritarios.

Más dinero para el S-80

El otro gran dolor de cabeza de Defensa en programas de armamento es el proyecto de submarino S-80, que en 2015 recibirá 205 millones de euros y que aún no tiene resuelto su gran avance tecnológico, la planta de propulsión independiente del aire (AIP), que le permitiría una permanencia bajo el agua prolongada.
Al coste del retraso y casi asegurado incremento del presupuesto del S-80 habría que añadir el coste de modernizar los antiguos submarinos actuales, 43 millones de euros en el caso del S-74, actualmente en desmontaje en Cartagena.
Además de los fondos procedentes del Ministerio de Industria, Defensa no incluye en esta presentación inicial del presupuesto 2015 sus organismos autónomos: el Instituto Social de las Fuerzas Armadas -ISFAS, 731 millones en 2015-, el Instituto de la Vivienda e Infraestructuras -INVIED, 216 millones- y el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial -INTA, 138 millones para el año próximo-, que suman entre los tres 1.085 millones de euros.
Sin contar con el Ministerio de Industria ni los organismos autónomos dependientes de Defensa, el ministerio cuenta con otras fuentes de financiación externas que se acercan a los 2.000 millones de euros.
Aquí figuran principalmente el crédito extraordinario que se viene aprobando a mitad de ejercicio y que ya se cuenta con él para los próximos años -entre 800 y 900 millones- y el coste de las operaciones de paz que financia un crédito ampliable del Ministerio de Hacienda. Aunque en los últimos meses se ha realizado el repliegue de la operación de Afganistán, que continuará en 2015 de forma reducida, la factura no baja y se calcula un coste de 734 millones este año.
Todo lo anterior convierte en irreales los presupuestos que cada otoño y este mismo lunes el Ministerio de Defensa presenta ante el Parlamento. Como ejemplo gráfico, los gastos de personal sobre los fondos disponibles por Defensa son muy inferiores al 78% anunciado y se sitúan en un más razonable 50% del presupuesto.
Pedro Argüelles ha indicado que en el nuevo ciclo inversor que su Ministerio dice haber iniciado se quiere contar con un fuerte respaldo político y de largo plazo a la financiación de las Fuerzas Armadas y el equipamiento que necesitan. En la mañana del lunes reconocía que aún no había iniciado contactos con los grupos parlamentarios de la oposición. Por la tarde en el Parlamento, todos los grupos de la oposición se negaron a apoyar la financiación de Defensa con créditos extraordinarios.

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